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Anécdotas curiosas de un Dj

martes, 3 de mayo de 2011

El trabajo de Dj es, en mi opinión, un trabajo como otro cualquiera, con un horario nocturno y una responsabilidad como la de un trabajo cualquiera. Ciertamente algunos Dj estamos mejor pagados que otros. Algunos están de moda, otros lo han estado y algunos pasan parte de su vida en las sombras.
El Dj es un trabajador como otro cualquiera, aunque también es un puesto está envuelto por un halo de misterio y en mi opinión poco valorado.

Hoy usaré un poco el humor gráfico para exponer algunas de las múltiples anécdotas que seguro hemos vivido todos los Dj alguna vez. Anécdotas curiosas, graciosas e incluso comprometedoras… meteduras de pata y ridículos que nos han expuesto ante el público de nuestra sala.Cuando llega el invierno es habitual que los clientes y sobre todo los amigos nos dejen las chaquetas, bolsos y paraguas como el deja sus abrigos en el ropero. A mi es algo que no me molesta siempre y cuando tenga sitio para ello.
Pero he conocido gente a la que sí le molesta que lo traten como si fuera el chico del ropero.

Claro está que algunas veces son los directivos de la sala la que fijan una prohibición concreta al respecto. Aquí un documento gráfico que respalda lo que digo:

¿En la «Caseta del Dj»? Ja ja ja, se nota que el cartel no se ha escrito en España.

Luego está la gente que te pide música sin pensar. Sin advertir lo que está sonando en ese momento. Sin pensar si pega o no pega o incluso si se trata de música que se trabaje de forma habitual en nuestra sala. Hay gente que te pregunta. Gente que protesta y los más honrados ya admiten: – ¡ nos hemos confundido de local! ¿verdad?

Durante la noche del sábado 12 de marzo de 2.011 estaba yo en Sala Punto 3 y unas chicas se me acercan y me dicen:

– Hola. ¿tienes Dorian?

Respondo que no.

– ¿Tienes Muse?

Yo respondo: – Esto no es el playa. Pero de todas maneras, esa música no la trabajo.

Me responde: – Bueno. Pues quita «eso» que estas poniendo y pon algo que mole: Enrique Iglesias To Night y la Lambada de Jenniefer Lopez.

Yo dije Ok.

Lo irónico es que durante la conversación… estaba sonando «eso» que no mola… y no era otra cosa que:

Rihanna – S&M

Las peticiones, eso si que traen cola. Y es que la gente pide unas cosas más raras… algunas veces me pregunto de que locales vienen o que música escuchan en su casa. Algunos Djs para curarse en salud ya dejan claro y por escrito algunas restricciones musicales:

La música, la noche, la fiesta, la pista llena, la gente bailando… la satisfacción de hacer feliz a la gente, de saber que una noche más ha sido divertida para uno mismo y para el público es, en mi opinión lo más importante al final de la noche.

Pero al final… para que negarlo. El trabajo de un Dj es un trabajo muy duro, pero alguien lo tiene que hacer.

¿Os ha ocurrido algo insólito alguna vez?

Recuerdo hace unos años. Estaba yo pinchando en la discoteca Ohlalá de El Burgo. Allí estaba la chica con la que salía, conmigo en la cabina… una tarde se empeñó en ayudarme recogiendo los discos mientras yo los iba poniendo… ella retiraba el vinilo que había sonado para que yo pusiera el siguiente. Todo iba bien hasta que ella levanta la aguja del vinilo que no era y deja la discoteca en silencio. Acojonada, suelta la aguja que da varios saltos por el vinilo armando un ruido de mil demonios… en plena sesión de baile la aguja se posó sobre una canción lenta….. uuuuuuuuuuuuuuuu.

Aquí dejo algunas imágenes curiosas que he recopilado por la red o me han pasado recrear este artículo.

  1. Rai
    miércoles, 4 de mayo de 2011 a las 13:07 | #1

    Muy bueno muy bueno. Divertidísimo el post. Y la gente, pero qué borde es.

    Siempre me atrajo el mundillo DJ y, en alguna ocasión, lo reconozco, me pudieron las ganas. «Necesito saber cómo suenan mis discos aquí. No en otro lado. Aquí». Entre los amantes de la música, quién no ha tenido esa sensación. Entonces, un día, te llenabas de valor y copas y después de haberte ganado la confianza del dueño le soltabas: «oye y tú me dejarías, tal y tal, creo que…». Y el dueño, quizás para no perder un buen cliente te decía sin mucho convencimiento, «sí, vente un viernes cuando quieras…que hay menos gente». Jajajaja, «menos gente». Joé si yo lo que quiero es que haya «mucha gente», pero bueno, aceptas. A ver. Y sin cobrar, por supuesto.

    El caso es que una vez le pedí poner unos disquitos al dueño de una fantástica coctelería de Santa Cristina. Por aquél entonces -cosa de unos 7-8 años- sobre las 12, 1, 2 de la noche se formaba un ambiente especial, cool, mágico, diría yo. Este es mi ambiente y yo tengo la música para él. Vale, llega entonces el día D, el momento de las grandes decisiones. En primer lugar, qué llevo. Tenía que poner discos durante unas dos-tres horas, así que, que menos que llevar dos bolsas de deportes llenas de CD’s. Todos me parecían indispensables, cualquiera de aquellos discos me parecía irrepetible y en cualquier momento podría sentir la necesidad de pinchar ese tema oscuro de soul jazz, aquél otro de latin funk increíble o el último disco de no sé que productor japonés remezclando no sé qué cosas. O sea, que me hubiera llevado mi discoteca y la de Gilles Peterson si me la hubiera dejado 🙂

    Al final, estás más perdido que una mona. Empiezas a sacar CD’s. Pruebas, no, este no. Sacas otro, uhmmm, vaya, no es lo que esperaba. Empiezas a ponerte nervioso. Empiezas a dejar los CD’s por todas partes. Se te caen al suelo. Metes los CD’s que has usado en la primera caja vacía que encuentras. Los que vas a poner los tienes preparados encima de no sé dónde….mamaiña, que stress y por supuesto, de disfrutar de la música nada de nada de nada. No era aquello lo que esperabas. Bueno, al menos, si alguien te viniera a preguntar lo que estás poniendo….Y sí, alguien viene a comentarte algo. Resulta que estaba todo concentrado con alguna delicatessen de Marvin Gaye, algo increíble de Curtis Mayfield, que no faltara algo de Teddy Pendergrass y por ahí, por supuesto, nada de preocuparme con cuadrar el beat ni nada de eso, en terminando uno, el otro, y entonces te llega alguien que te dice: «no puedes poner algo de Queen?». De Queeeeeeeeen. Dios. Tierra trágame. Mejor, traga a este memo. Total mal, mal, mal y no me quedaron ganas hasta que volví a caer en el error algún tiempo después.
    En fin. Que no es lo mismo escuchar buena música que luego tener que seleccionarla. Pero nada de nada
    Saludos y perdón por el rollo. 🙂

  2. viernes, 6 de mayo de 2011 a las 14:13 | #2

    Simpático el post 🙂
    Menos mal que has puesto lo de Ruby ¡que ya se echaba de menos la musicota!

  3. viernes, 6 de mayo de 2011 a las 19:01 | #3

    Bueno… sí que se echaba de menos la música… he visto que llevo unas semanas en plan yo yo yo yo y más yo…. je je je. Pero tambien sirva todo esto para comprender por qué pienso así y por qué vivo la música de esta manera….
    Gracias por leerme 🙂

  4. DJ CHOKO
    lunes, 27 de febrero de 2012 a las 03:10 | #4

    me encanto el pos are un mural en mi cabina con todas las imajenes graciosas y advertencias de un dj para ke la gente este al tanto de nuestro trabajo jajajaj

Comentarios cerrados.